A tree is losing leaves because of drought

El cambio climático favorece los desastres naturales

Si bien se registró un promedio de 12 desastres por año en la primera mitad del siglo XX, dicho número llegó a la cifra sorprendente de 350 en 2004.

El aumento de la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático, como las sequías, las inundaciones, los ciclones y los tornados, pone en peligro a las personas y, a menudo, destruye los lugares donde viven y trabajan. Además, ocasiona la destrucción de los cultivos, la contaminación de los recursos hídricos y la separación de las familias. Los desastres naturales son devastadores para todo aquel que los experimente, pero los niños son los más vulnerables debido a su pequeña contextura y la incapacidad relativa de cuidarse por sí mismos.

Los niños son más propensos que los adultos a morir en los desastres naturales o, como consecuencia de ellos, a sufrir malnutrición, lesiones o enfermedades. Los desastres naturales pueden obligar a los niños a abandonar sus hogares o, incluso, sus países. Pueden quedar huérfanos o separarse de sus familias, así como ser víctimas de adultos oportunistas.

Las iniciativas de reducción de riesgos deberían estar diseñadas para enseñarles a las familias y los niños medidas simples y prácticas que puedan proteger la vida y la propiedad personal en caso de desastres naturales. Los programas de concienciación eficaces en las escuelas, los hogares y las comunidades pueden generar una cultura de prevención y empoderamiento.

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